Santibáñez del Toral
Santibáñez del Toral es una población situada a 630 metros de altitud, a sólo 2,5 km de la capital del municipio, con acceso a través de la Carretera de la Diputación 159/12 Bembibre-Rozuelo.
El nombre de Santibáñez es un hagiotopónimo derivado de la contracción de “Sancti Johannis” (San Juan) y del término “Toral”, que alude a una llanura de amplios pastizales, una descripción que se ajusta perfectamente a su emplazamiento.
Este enclave en la región de Tierra Seca se vincula históricamente con la Edad de Cobre y conserva varios testimonios de la época romana, entre los que destaca una estela dedicada al dios Cossue Udunnaeco.
La iglesia, dedicada a San Juan Evangelista, presenta una sola nave y una cúpula sobre el crucero. La portada meridional, de un elaborado estilo purista, fue erigida en el siglo XVI. En 1678, la torre fue reconstruida por los maestros Antonio de Ampudia, Juan Pérez y Juan Gómez de Velasco. Entre 1750 y 1751, se restauraron la nave, la sacristía, la capilla mayor y las capillas colaterales de Nuestra Señora del Rosario y de San Martín, además de erigirse una admirable cúpula encamonada, diseñada por el maestro de arquitectura Fray Serafín, del Convento de Cerezal de Tremor, y realizada por José González y Gregorio Nogueira.
El retablo principal y la custodia fueron encargados en 1586 al entallador astorgano Bartolomé Hernández. En 1633, Gabriel Martínez y Pedro de Uliarte Bilbao se encargaron de la policromía y de los “cuatro tableros de pincel”. Las capillas laterales de Nuestra Señora del Rosario y del Santo Cristo son obras del ensamblador astorgano Joaquín García y se relacionan con el estilo rococó, mientras que las capillas de San José y San Roque se atribuyen al escultor villafranquino Benito Viobo. Este impresionante conjunto arquitectónico e iconográfico se completa con las insignias parroquiales, como la cruz procesional, realizada en 1560 por el artífice astorgano Francisco de Soto, y la custodia y el cáliz, encargados en 1589 al orfebre Juan de Villalobos.
De la casa solar del licenciado Diego Arias Álvarez, arcipreste del Boeza en el siglo XVII, solo queda la celada de su escudo de armas, que se puede ver en el Museo Alto Bierzo.
Junto a las construcciones tradicionales, se conservan varios hornos de adobe y de mampostería, bodegas, cuadras, pajares y dos palomares. En el paraje de Quintanilla existe un área de esparcimiento con una fuente de aguas cristalinas, rodeada de praderas, sotos de castaños y matas de robles, que ofrece un lugar perfecto para descansar.
Santibáñez del Toral nos ofrece una imagen de campos y prados donde se erigirá la Casa de la Ganadería, un edificio de nueva construcción dedicado a poner en valor el rito de la matanza del cerdo y la elaboración artesanal de embutidos y otros productos cárnicos.
