Arlanza

Hay dos formas de llegar a Arlanza. Desde Bembibre, por la carretera de Noceda dirección Viñales hasta enlazar con la carretera LE-5532, o bien tomando esta misma vía desde San Román de Bembibre. A 6,9 kilómetros de Bembibre nos recibe esta población, que se emplaza a media ladera, en las proximidades del río Noceda, a 720 metros de altitud.

Desde el punto de vista etimológico, Arlanza proviene de la raíz “Ar”, que significa “agua o manantial”. Se trata de una población que, en otro tiempo, dio nombre a la corriente fluvial que la atraviesa de un extremo al otro y que ya se registra en los archivos en el año 1011.

El pasado más lejano de Arlanza se vislumbra a través de los yacimientos arqueológicos de El Teso el Pajarín, Detrás del Castro, El Pienso, La Susiella, Los Casares y Los Barredines, que ahora se ocultan y desdibujan entre la vegetación. Todo indicaría que aquí existió un templo astur que puede fecharse en el siglo II d.C., del cual se ha rescatado un ara anepígrafe que muestra, en el lateral izquierdo, un rostro humano que tal vez representaría a “Cossue Segidiaeco”.

Mientras que en el lateral derecho, el ara lleva un creciente lunar, símbolo que ya se ha observado en varias estelas de San Esteban del Toral. Esta simbología debe relacionarse con el testimonio epigráfico encontrado en la sacristía de la parroquia, dedicado a la divinidad anteriormente mencionada.

La secuencia cronológica nos lleva al paraje de “El Campanario”, que guarda celosamente una necrópolis de la Edad Media.

En el centro de la localidad se encuentra la Iglesia, bajo el título de Nuestra Señora de la Asunción, que se alza sobre una construcción anterior de traza renacentista y barroca, reconstruida completamente entre los años 2002 y 2005. Presenta una sola nave con presbiterio. En la fachada principal se abre la puerta de acceso, y en la parte posterior se ha habilitado una estancia adyacente que funciona como sacristía. A poniente, se levanta la espadaña, que ha heredado del templo anterior las tallas de Jesús Crucificado, del siglo XVI; San José con el Niño, del siglo XVII; y Nuestra Señora de la Asunción, una imagen de vestir del siglo XVIII, así como una pila bautismal del siglo XVII.

Arlanza es un magnífico ejemplo de arquitectura rural, con casas tradicionales de planta baja y piso superior, construidas con materiales del entorno como piedra, barro, pizarra y madera, destacando la peculiaridad de que algunas de ellas utilizan el suelo rocoso como cimiento.

En la localidad también se conservan varias dependencias de carácter agropecuario e industrial, como hornos de adobe y mampostería, lagares, bodegas, cuadras, pajares, y tres molinos, uno de los cuales ha sido restaurado recientemente, constituyendo un atractivo más para los visitantes. Otro lugar de interés es la fuente con su lavadero y el potro de herrar.

Algunas de estas antiguas viviendas y pajares han sido rehabilitadas, acondicionadas y destinadas al sector de turismo rural.

Arlanza forma parte del Camino Olvidado, ruta jacobea que, procedente de Labaniego, atraviesa Arlanza y continúa hacia Congosto denominada esta etapa 20, en su tránsito hacia Santiago de Compostela.

Forma parte de un largo pasado minero llegando a situarse hasta tres explotaciones mineras. La primera de éstas se ubica en esta población en el año 1850. Posteriormente se abrieron las otras dos explotaciones, así de este modo en el año 1950 llegaron a trabajar en estas tres explotaciones más de 500 obreros.